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SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD PDF Imprimir
Martes 21 de Junio de 2011 21:41

Primera Lectura: Éxodo 34, 4b-6.8-9

En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte  Sinaí, llevando en la mano las dos tablas de piedra, como le había mandado el Señor. El Señor descendió en una nube y se le hizo presente. Moisés pronounció entonces el nombre del Señor, y el Señor, pasando delante de él, proclamó: “Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel”. Al instante, Moisés se postró en tierra y lo adoró, diciendo: “Si de veras he hallado gracia a tus ojos, dígnate venir  ahora con nosotros, aunque este pueblo sea de cabeza dura; perdona nuestras iniquidades y pecados, y tómanos como cosa tuya”.

 

SALMO RESPONSORIAL  (Dn  3. 52-56)

R/.  Bendito seas, Señor, para siempre.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.

Bendito seas, Señor en el templo santo y glorioso.
Bendito seas en el trono de tu Reino. R/.

Bendito eres tú,Señor,
que penetras con tu mirada los abismos
Y te sientas en un trono rodeado de querubines.
Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R/.

 

Segunda Lectura: 2ª deCorintios 13,11-13

Hermanos: Estén alegres, trabajen por su perfección, anímense mutuamente, vivan en paz y armonía. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes. Salúdense los unos a los otros con el saludo de la paz. Los saludan todos los fieles. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes.

 

Aclamación al Evangelio

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá.  R/.

 

Evangelio según San Juan  3, 16-18

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó  a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. Él que cree en Él no será condenado, pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el único Hijo de Dios.