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Lecturas del Décimo Noveno Domingo PDF Imprimir
Lunes 01 de Agosto de 2011 21:25

Primera Lectura: 1o. de Reyes 19,9.11-13

Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: "‘Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar". Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave. Al oirlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva.

 

Salmo Responsorial

R/.  Muéstranos,Señor, tu misericordia.

Escucharé las palabras del Señor,
Palabras de paz para su pueblo santo.
Está ya cerca nuestra salvación
y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.

La misericordia  y la verdad se encontraron,
la justicia y la paz se besaron,
la felicidad brotó en la tierra
y la justicia vino del cielo. R/.

Cuando el Señor nos muestre su bondad,
nuestra tierra producirá su fruto.
La justicia le abrirá camino al Señor
e irá siguiendo sus pisadas. R/

 

Segunda Lectura: Romanos 9, 1-5

Hermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me atestigua, con la luz del Espíritu Santo, que tengo una infinita tristeza y un dolor incesante tortura mi corazón. Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto fuera para bien de mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los is-raelitas a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas y de su raza, según la carne, nació Cristo, el cuál está por encima de todo y es Dios bendito por los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

 

Aclamación al Evangelio

R/. Aleluya, aleluya.

Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra.

R/. Aleluya

 

Evangelio según San Mateo 14,22-33

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí. Entre tanto la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: “¡Es un fantasma!”. Y daban gritos de terror. Pero Jesús  les dijo enseguida: “Tranquilícense y no teman. Soy yo”. Entonces le dijo Pedro:”Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: ”¡Sálvame, Señor!”.Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”. En cuanto subieron a la barca el viento se calmó. Lo que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: ’verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”.

Jesús sobre las aguas socorriendo a Pedro

Ultima actualización ( Jueves 11 de Agosto de 2011 21:48 )