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Lecturas del Vegisimo Primer Domingo PDF Imprimir
Martes 16 de Agosto de 2011 20:56

Primera Lectura: Isaías 22, 19-23

Esto dice el Señor Sebná, mayordomo de palacio: “Te echaré de tu puesto y te destituiréde tu cargo. Aquel mismo día llamaré a mi siervo, a Eleacín, el hijo de Elcías; le vestiré tu tunica, le ceñiré tu banda y le traspasaré tus poederes. Será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave del palacio de David sobre su hombre. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un trono de gloria para la casa del Padre”.

 

Salmo responsorial:

R/ Señor, tu amor perdura eternamente.

De todo corazón, te damos gracias,Señor,
porque escuchaste nuestros ruegos.
Te cantaremos delante de tus ángeles;
te adoraremos en tu templo. R/

Señor, te damos gracias
por tu lealtad y por tu amor;
siempre que te invocamos,
nos oíste y nos llenaste de valor. R/

Se complace el Señor en los humildes
y rechaza al engreído.
Señor, tu amor perdura eternamente;
obra tuya soy, no me abandones. R/

 

Segunda lectura: Romanos11,33-36.

¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por Él y todo está   orientado hacia él. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

 

Aclamación al Evangelio

R/. Aleluya, aleluya.

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,

y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor.

Aleluya, aleluya.

 

Evangelio según San Mateo 16, 13-20

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o algunos de los profetas”. Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que Él es el Mesías.