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Lecturas del Viernes Santo PDF Imprimir
Viernes 06 de Abril de 2012 13:34

PRIMERA LECTURA  (Isaías 52, 13-53, 12)

He aquí que mi siervo prosperará, sera engrandecido y exaltado, sera puesto en alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, que ya no tenía aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca se habían imaginado.

¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado?¿A quién se le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía ni gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente;  despreciado y rechazado por los hombres,varón de dolores , habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado.

El soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. El soportó el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados.

Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno si-guiendo su camino, y el Señor cargo sobre él  todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.

Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca.

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prospererán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos.

Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas  de todos e intercedió por los pecadores.

 

SALMO RESPONSORIAL (30):

 

R./ Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

 

A ti, Señor, me acojo,
que no quede yo nunca defraudado.
En tus manos encomiendo mi espíritu
y tú, mi Dios leal, me librarás. [R/.]

Se burlan de mí mis enemigos,
mis vecinos y parientes  de mí se espantan.
Los que me ven pasar huyen de mí;
rstoy en el olvido, como un muerto,
como un objeto tirado en la basura. [R/.]

Pero yo, Señor, en ti confío.
Tú eres mi Dios,
y en tus manos está mi destino.
Líbrame de los enemigos que me persiguen. [R/.]

Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo
y sálvame, por tu misericordia.
Sean fuertes y valientes de corazón,
ustedes, los que esperan en el Señor. [R/.]

 

SEGUNDA LECTURA  (Hebreos  4, 14-16; 5, 7-9)

Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo. Mantengamos firmes la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por lo tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.

Precisamente por eso,Cristo, durante su vida mortal,  ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.

 

Aclamación antes del Evangelio

[R] Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre.

[R] Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

 

EVANGELIO Pasión según San  Juan  (18,1 a 19,42)

Puede seguirse en la página 125 del Misal.

 

REFLEXIÓN

 

Sucede muy comúnmente que “separamos” la liturgia de la vida. Es como si nos “eleváramos” a otro plano que no tuviera nada que ver con la vida diaria. Incluso hay personas que quieren eso, precisamente: desconectarse de la realidad cotidiana y hacer de la religion “un Consuelo”.

Pero la cruz se enclave en la tierra, porque el Hijo de Dios “se hizo carne y habitó entre nosotros”. Es el “Emmanuel”, el Dios-con-nosotros. No hay forma de separar a Jesús de lo que acontece a nuestro alrededor.

Cuando los judíos le pedían signos “del cielo”, los mandó a “leer los signos de los tiempos” (los signos de Dios que están presentes en la historia).

Cuando Pedro, Santiago y Juan quisieron “hacer tres chozas” en las alturas, para quedarse allí instalados (“qué bien estamos aquí”…), el Señor los hizo regresar al pueblo de donde venían…

Si hoy fuera el Viernes Santo original… si estuvieran sentenciando a muerte a un buen hombre porque anunció que las cosas deben hacerse según Dios… porque hay que poner en primer lugar a los hermanos y hermanas (y no a las cosas)… porque se atreviera a decir una locura: que Dios está comiendo con pecadores en las calles y que está dispuesto a perdonar a quien sea, con tal de que los reincorporemos a la comunidad… y que hay que prestarse la ropa, el dinero, perdonar las deudas, levantar a los pobres de su situación, atender a los enfermos y presos, acoger a prostitutas y marginados en la comunidad, partir el pan, amar a los extanjeros, poner el rito (el sábado) en segundo lugar, lavar los pies de los demás…  ¿qué diríamos y qué haríamos a nuestro alrededor?