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17mo. Domingo Tiempo Ordinario PDF Imprimir
Viernes 20 de Julio de 2012 11:42

Primera Lectura: 2 Reyes (4,42-44)

En aquellos días, llegó de Baal-Salisá un hombre que traía para el siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en espiga. Entonces Eliseo dijo a su criado: "Dáselos a la gente para que coman". Pero él le respondió:"¿Cómo voy a repartir estos panes entre cien hombres?" Eliseo insistió:"Dáselo a la gente para que coman, porque esto dice el Señor: 'Comerán todos y sobrará'". El criado repartió los panes a la gente; todos comieron, y todavía sobró, como lo había dicho el Señor.

 

Salmo Responsorial (22)

R/. Bendeciré al Señor eternamente.

Que te alaben, Señor, todas tus obras
y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino
y den a conocer tus maravillas.R/.

A ti, Señor, sus ojos vuelven todos
y tú los alimentas a su tiempo.
Abres, Señor, tus manos generosas
y cuantos viven quedan satisfechos.R/.

Siempre es justo el Señor en sus designios
y están llenas de amor todas tus obras.
No está lejos de aquellos que lo buscan;
muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.R/.

Segunda Lectura: Efesios (4, 1-6)

Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el Espíritu con el vínculo de la paz. Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.

 

Aclamación antes del Evangelio (Lc. 7,16)

Aleluya, Aleluya.

Un gran profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su pueblo.

Aleluya.

 

Evangelio según San Juan (6, 1-15)

En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe:"¿Cómo compraremos pan para que coman estos?" Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues Él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente." En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan solo los hombres eran unos cinco mil. Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a los discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía: "Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de Nuevo a la montaña, él solo.