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LECTURAS DEL OCTAVO DOMINGO PDF Imprimir
Miércoles 23 de Febrero de 2011 13:55

Primera Lectura:  Isaías 49, 14—15

"Sión había dicho: 'El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido'. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti”, dice el Señor todopoderoso.

SALMO RESPONSORIAL (61)

R/.  Sólo en Dios he puesto mi confianza.

Sólo en Dios he puesto mi confianza,
porque de él vendrá el bien que espero.
Él es mi refugio y mi defensa,
ya nada me inquietará. R/.
Sólo Dios es mi esperanza,
mi confianza es el Señor:
Es mi baluarte y firmeza,
es mi Dios y Salvador. R/
De Dios viene mi salvación y mi gloria;
Él es mi roca firme y mi refugio.
Confía siempre en Él, pueblo mío,
y desahoga tu corazón en su presencia.  R/.

Segunda Lectura: 1ª. Corintios 4, 1 - 5

Hermanos: procuren que todos nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se busca en un administrador es que sea fiel. Por eso, lo que menos me preocupa es que me juzguen ustedes o un tribunal humano; pues ni siquiera yo me juzgo a mí mismo. Es cierto que mi conciencia no me reprocha nada, pero por eso he sido declarado inocente. El Señor es quien habrá de juzgarme. Por lo tanto, no juzguen  antes de tiempo, esperen a que venga el Señor. Entonces Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, pondrá al descubierto las intenciones de corazón y dará a cada uno la alabanza que merezca.

Aclamación al Evangelio

R/. Aleluya, aleluya.

La Palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Aleluya.

Evangelio según San Mateo (6, 24-34.)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede server a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen,  no  pueden  ustedes servir a Dios y al dinero. Por eso les digo que no se preocupen por su vida pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento? ¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren como crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a  la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos, o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana trerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.

Ultima actualización ( Viernes 25 de Febrero de 2011 22:23 )